Ya pasó la resaca
de la derrota. Ahora toca hacer “balances”. Bielsa, elegantemente, y Bonvallet,
histriónicamente, nos recuerdan que estas ocasiones, en el fútbol, hay que
utilizarlas para aprender. Sin importar, con quien de esos dos usted se queda, el
fondo o la pregunta, aunque tenga una halo de Cohelo, es la misma: ¿utilizamos
o no la experiencia fallida para mejorar? Como el partido de Chile con Brasil
del Mundial seguirá siendo transformado en una catarata de narraciones sobre la
identidad chilena (¿habrá solo una?), quizás por cuánto tiempo más, este texto está
solo dedicado a un aspecto futbolístico: lanzamientos penales.
Partamos por lo
obvio, perder 3 penales de 5 es mucho. Esto, bajo cualquier “parámetro” (esta
es una de las palabras preferidas de Sampaoli), es muy bajo, y que el equipo
rival pierda 2, es también bastante, pero en comparación fue lo suficiente para
que Brasil pasara. Sigamos por la otra parte obvia, tirar o recibir un penal no
es fácil: entre otras cosas porque la técnica puede ser traicionada por la emoción,
pero en cualquier competencia aquellos que marcan son bastante más aquellos que
se los pierden. Pero a pesar de toda la amargura por este resultado, me hice varias
preguntas sobre los penales chilenos. Las preguntas, basadas en mi experiencia como
futbolista amateur, hincha, pero también como sociólogo, fueron las siguientes:
1.
¿La designación
de los tiradores en Chile fue espontánea? Lamentablemente la respuesta es al parecer
sí. Lo anterior se deriva de una réplica que entrega Sampaoli, siendo fiel a su
“filosofía” amateur, donde señala que le habría mirado los ojos a Aránguiz, Díaz
y Jara, para determinar quiénes complementarían los únicos 2 fijos: Pinilla y Sánchez.
No es difícil imaginarse entonces que no hubo práctica de penales en los
entrenamientos del equipo de Chile, y por tanto ponía inmediatamente en
desventaja a Chile, ante la eventual definición que sí ocurrió. Si lo anterior fue
así, esto es simplemente inaceptable en un equipo de alta competencia.
2.
Lo
anterior me llevó a hacerme otras dos preguntas, ¿qué “parámetros” utilizó para
determinar a los fijos?, y ¿por qué no utilizó estos “parámetros”, para
designar a los otros 3 elegidos? Obviamente no fue mirarle los ojos a Pinilla o
a Sánchez.
3.
¿Sampaoli
estudió potenciales tiradores de penales del equipo brasileño? Es decir, sabía
si por ejemplo, Neymar tira generalmente hacia la izquierda al medio o a la derecha. ¿Estudió el cuerpo técnico si Júlio
César, le “duelen” más lo penales abajo o arriba, a la izquierda, a la derecha,
al medio? Sabemos que Bravo se tiró en todos los penales a su izquierda. Si esa
fue la indicación en base a ¿qué “parámetro”?
Naturalmente las
respuestas a las preguntas 2 y 3 las debe tener el equipo técnico.
Pero salgamos de
la herida, y veamos que dicen estudios y las anécdotas sobre los lanzamientos
penales. En un artículo publicado en The
Economist aparecía una breve descripción sobre qué elementos incidirían
en la efectividad de los tiros penales en los mundiales, nombraban por ejemplo alzar
los brazos después de anotar, o que aquellos equipos que empiezan y/o que
tienen un plan prefijado tienen mayores probabilidades de ganarlos. En un
estudio realizado en 2002 por Chiappori
et al se observó en las ligas francesa e italiana que los penales más
efectivos eran ejecutados al medio del arco, y que aquellos que elegían el
costado derecho eran menos efectivos. El mundo amateur también provee de
pistas, por ejemplo uno de los axiomas de los pateadores es nunca cambiar el
tiro cuando se va corriendo. Lo anterior es solo para ilustrar que hay elementos
sobre los cuales si se pueden realizar mejoras considerables.
A Sampaoli, o
cualquier DT de la selección chilena de futbol, no le pido que lea The Economist, ni menos que intente
escribir ecuaciones para obtener estimaciones sobre la efectividad de los
penales, pero si le pido, con la humilde impotencia del hincha, que se anticipe
de manera profesional a escenarios probables. Específicamente a Sampaoli le pido,
y esto como sociólogo, que en la Copa América contrate a unos estudiantes de ingeniería
de la Chile o de la Federico Santa Maria, para que preparen un estudio sobre
como las otras selecciones invitadas tirarían los penales, esto además de la
obviedad de hacerlos practicar penales.
Estoy profundamente
agradecido de la filosofía amateur que le impregnó Sampaoli al equipo chileno, pero
cuando el espíritu amateur no alcanza, y esto hay que decirlo sin ningún sentimiento
de culpa, el profesionalismo lo puede
complementar.
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