miércoles, 2 de julio de 2014

El amateruismo de Sampaoli en los tiros penales

Ya pasó la resaca de la derrota. Ahora toca hacer “balances”. Bielsa, elegantemente, y Bonvallet, histriónicamente, nos recuerdan que estas ocasiones, en el fútbol, hay que utilizarlas para aprender. Sin importar, con quien de esos dos usted se queda, el fondo o la pregunta, aunque tenga una halo de Cohelo, es la misma: ¿utilizamos o no la experiencia fallida para mejorar? Como el partido de Chile con Brasil del Mundial seguirá siendo transformado en una catarata de narraciones sobre la identidad chilena (¿habrá solo una?), quizás por cuánto tiempo más, este texto está solo dedicado a un aspecto futbolístico: lanzamientos penales.
Partamos por lo obvio, perder 3 penales de 5 es mucho. Esto, bajo cualquier “parámetro” (esta es una de las palabras preferidas de Sampaoli), es muy bajo, y que el equipo rival pierda 2, es también bastante, pero en comparación fue lo suficiente para que Brasil pasara. Sigamos por la otra parte obvia, tirar o recibir un penal no es fácil: entre otras cosas porque la técnica puede ser traicionada por la emoción, pero en cualquier competencia aquellos que marcan son bastante más aquellos que se los pierden. Pero a pesar de toda la amargura por este resultado, me hice varias preguntas sobre los penales chilenos. Las preguntas, basadas en mi experiencia como futbolista amateur, hincha, pero también como sociólogo, fueron las siguientes:
1.       ¿La designación de los tiradores en Chile fue espontánea? Lamentablemente la respuesta es al parecer sí. Lo anterior se deriva de una réplica que entrega Sampaoli, siendo fiel a su “filosofía” amateur, donde señala que le habría mirado los ojos a Aránguiz, Díaz y Jara, para determinar quiénes complementarían los únicos 2 fijos: Pinilla y Sánchez. No es difícil imaginarse entonces que no hubo práctica de penales en los entrenamientos del equipo de Chile, y por tanto ponía inmediatamente en desventaja a Chile, ante la eventual definición que sí ocurrió. Si lo anterior fue así, esto es simplemente inaceptable en un equipo de alta competencia.

2.       Lo anterior me llevó a hacerme otras dos preguntas, ¿qué “parámetros” utilizó para determinar a los fijos?, y ¿por qué no utilizó estos “parámetros”, para designar a los otros 3 elegidos? Obviamente no fue mirarle los ojos a Pinilla o a Sánchez.

3.       ¿Sampaoli estudió potenciales tiradores de penales del equipo brasileño? Es decir, sabía si por ejemplo, Neymar tira generalmente hacia la izquierda al medio o  a la derecha. ¿Estudió el cuerpo técnico si Júlio César, le “duelen” más lo penales abajo o arriba, a la izquierda, a la derecha, al medio? Sabemos que Bravo se tiró en todos los penales a su izquierda. Si esa fue la indicación en base a ¿qué “parámetro”?

Naturalmente las respuestas a las preguntas 2 y 3 las debe tener el equipo técnico.
Pero salgamos de la herida, y veamos que dicen estudios y las anécdotas sobre los lanzamientos penales. En un artículo publicado en The Economist aparecía una breve descripción sobre qué elementos incidirían en la efectividad de los tiros penales en los mundiales, nombraban por ejemplo alzar los brazos después de anotar, o que aquellos equipos que empiezan y/o que tienen un plan prefijado tienen mayores probabilidades de ganarlos. En un estudio realizado en 2002 por Chiappori et al se observó en las ligas francesa e italiana que los penales más efectivos eran ejecutados al medio del arco, y que aquellos que elegían el costado derecho eran menos efectivos. El mundo amateur también provee de pistas, por ejemplo uno de los axiomas de los pateadores es nunca cambiar el tiro cuando se va corriendo. Lo anterior es solo para ilustrar que hay elementos sobre los cuales si se pueden realizar mejoras considerables.
A Sampaoli, o cualquier DT de la selección chilena de futbol, no le pido que lea The Economist, ni menos que intente escribir ecuaciones para obtener estimaciones sobre la efectividad de los penales, pero si le pido, con la humilde impotencia del hincha, que se anticipe de manera profesional a escenarios probables. Específicamente a Sampaoli le pido, y esto como sociólogo, que en la Copa América contrate a unos estudiantes de ingeniería de la Chile o de la Federico Santa Maria, para que preparen un estudio sobre como las otras selecciones invitadas tirarían los penales, esto además de la obviedad de hacerlos practicar penales.

Estoy profundamente agradecido de la filosofía amateur que le impregnó Sampaoli al equipo chileno, pero cuando el espíritu amateur no alcanza, y esto hay que decirlo sin ningún sentimiento de culpa, el profesionalismo lo puede complementar.